lunes, 6 de abril de 2009

A Fumigar

El Sol se ha ido, pero no pasaran muchas horas para que la tierra le de una vuelta a la noche. Es esa noche la que me despierta, la luna muestra todo de si para cautivarme, el negro de la noche es demasiado profundo e inacabables los miles de brillos de estrellas, entre ellas Venus y Saturno que se pasean por el cielo con la prestancia de grandes dioses que tan lejos habitan pero jamás nos abandonan.
Elevo la mirada al cielo mientras el motor ruge como un león que recién se despierta, león soñando con su presa, yo con ese cielo que pronto alcanzaré.
El avión cargado de fuertes químicos, no soy asesino; solo me encargare de repartir equitativamente este producto sobre un cuadro de verde soja.
Me encuentro en la cabecera de la pista con el león que ruge ahora entrado en calor, listo para corretear a su presa. El Sol se muestra cautivo debajo del horizonte, tomando fuerzas para salir a iluminarnos y calentarnos.
La adrenalina empieza a jugar por mi cuerpo, alcanza todos los rincones del mismo, los pelos del cuerpo se me erizan, comienzo a respirar profundo, las pupilas se engrandecen; y si fuera yo el león, mis colmillos serían intimidantes.
Tengo un mapa en la mano, el cual me indica donde esta el lote, es como jugar a la búsqueda del tesoro, y cuanto mas me elevo mas lotes aparecen a mi vista. Motor a fondo, el león se escapa buscando la presa, comienza ese vuelo bajo y esforzado por el peso que carga la nave, las alas se visten de gloria remontando a las alturas. ¡Esa es su gloria!, Volar… y el Sol que empieza a adueñarse del cielo con sus primeros rayos sobre el infinito horizonte.
He localizado el lote, una vuelta para guardar en mi mente los obstáculos, y ahora acomodo la nave para largarla en picada sobre la primera pasada, aprovechando la inercia que se suma a medida que aumenta la velocidad, calculando gastarla en el primer viraje escarpado a unos treinta metros de altura, y así retomar para la segunda pasada… y así hasta el final.
La adrenalina ha aumentado de forma incalculable, mi cuerpo esta preparado para defenderse de cualquier adversidad natural, y el problema que mas complica son las adversidades inesperadas, esas solo se arreglan con un poco de entrenamiento, y un tanque completo de suerte.
Surcos, cables, arboles, molinos, casas; buenos amigos que hacen que mi trabajo sea perfecto cuando con ellos calculo y afino mi ojo para lograr pasadas paralelas y con la misma medida. Esos mismos ejemplares se vuelven mis peores enemigos cuando el cansancio o fallas imprevistas ocurren en ese vuelo bajo de torcaza.
El avión se va vaciando poco a poco con cada pasada, el vuelo es mas liviano, menos esforzado corre el león sobre su sabana o mi lote.
Puedo ver al Sol que caliente la parte superior de mis alas, los rastros de rocío ya son agua evaporada que ha volado alto, tan alto que se ha hecho nube…
La última pasada llega, solo me queda completar las cabeceras, pasadas perpendiculares al resto, son solo dos o cuatro o seis según el tamaño de los obstáculos que tuve que saltar.
Ahora el avión está vacio, el león ruge con normalidad, corre y corre liviano a su máxima velocidad, la adrenalina de este cuerpo aun no se va, es hora de buscar un buen lugar donde descargarla…
Pongo a mi nave rumbo al aeródromo pero busco esas grandes bandadas de pájaros a donde liberarme completamente y poder sentir en mis alas al viento, al silencio, al placer que genera volar en formación con gaviotas, chajaes, patos, gansos o garzas que libremente vuelan por el inmenso cielo.
Soy parte de ellos, y aunque se habran paso ante mi llegada, se que cuando vuelva ahí estarán.
He vuelto al hangar, diez minutos y la nave esta cargada nuevamente, el león vuelve a rugir con furia buscando capturar a su presa, yo enérgico cargado de adrenalina, soñando con el Sol, el celeste cielo, las aves que a mi lado vuelan, mí corazón y mi alma en libertad.

1 comentario:

  1. No soy piloto, pero es así, te lo dije, es tal cual yo siento cuando vuelo, DROGA TOTAL !!!, es una suerte saber que no es locura, es un transportarse a un sentir?, vivir? soñar? no hay palabras que yo pueda decir para definirlo, vos decís adrenalina, para mí sería ELIXIR MÁGICO cuasi DIVINO-MÍSTICO.- Muy buena la matáfora "las aves que a mi lado vuelan, mi corazón y alma en libertad" lindísima.-

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