lunes, 10 de agosto de 2009

Conquistando Cielos

Al fin el fin... el tan ansiado desde que tome una pluma...casi 4 años atrás soñaba con sueños tan simples como un libro con mi nombre para dejar grabados mis pensamientos, mis sentimientos, mis historias, mis relatos... reales, imaginarios... sueños, deseos para mi, para los que me rodean, para el mundo...
Compartir, eso es lo que quiero ahora... que cada uno tenga el suyo, para YO, quedar estampado en un lugar tan sagrado como es una biblioteca, por hoy, por mañana y por el resto de los tiempos. Vivo o muerto, mis letras perduraran más allá de las tormentas, por siempre en tu corazón...

Gracias a todos!!!!!

Saint Martin, José Manuel

domingo, 19 de julio de 2009

Tan Simple como un amigo

Que tan simple es la amistad, que es la primera de las relaciones humanas, y se buscó un motivo tan complejo como la pisada del hombre en la Luna para poder conmemorar a aquellos que consideramos amigos; palabra tan profunda para los profundos, palabra sin fondo para los superficiales que creen ser amigos del mundo y nadie les da un abrazo en aquel día.
Amigo: Tu que estas aquí no por que te necesite, sino porque eres capaz de darte cuenta antes que lo pida, tu que todo de mi lo sabes y no porque yo me siente a contarte, sino porque eres tu el que se sienta un minuto a pensarme, tu que de mi mano volaste permitiendo que lo muestre todo de mi, mi sitio, mi casa, mi lugar, mi vida; que lo aceptas tal como es, tal como soy, sin prejuicios, sin pecados tales como la maldita envidia que nos mata. Porque deseas lo mejor de mi; el triunfo, la gloria, el ser Feliz!!
Porque todo lo compartes, el logro, la perdida, la alegría, la frustración… y yo te sigo eligiendo, no porque tengas en tus bancos, sino por lo mucho que tienes para enseñarme, para darme, simples momentos de sonrisa que nadie nos quitara. Tu cielo y el mío, lo que sabes y lo que no, un llanto, una mirada, un sincero no!!
Eres tan viejo como mi vida o eres tan nuevo como mis alas pero estas aquí por esas cosas del destino que así lo quiere, eres de esas cosas que nadie pone una pistola en mi cabeza para decirme: tienes que ser mi amigo.
Sigo eligiendo y ahí estas, cerca o tan lejos como para añorarte y sentir que este día estas tan cerca mío como aquel en que te conocí. Porque yo quiero que estés aquí… no habrá ni tiempo ni espacio que me alejen de ti cuando yo deseo tenerte.
Gracias por estar, por permitirme a tu lado, paso a paso, volar… con tus manos, con las mías.
Siento mi corazón tan grande como el horizonte, tus sueños son parte de mi, porque en cada vuelo, me hago responsable de elevar esos sueños al cielo para hacerlos realidad, porque daría lo que no tengo por verte sonreír, eres la magia hecha hermandad, hermano que no tengo por sangre, pero tengo por elección y lo vales todo. No temas a la distancia, siempre conmigo volarás…

domingo, 7 de junio de 2009

Mientras que...

Un analista de mentes humanas, un sociólogo; quizás un filósofo, o tal vez un simple niño, podrían decirme que es un cobarde aquel que se retira de todo ámbito terrestre olvidando a todo par humano y sus conflictos.
Si esa fuera mi acusación el día del juicio final; caería rendido ante tal causa, sin oponer resistencia.
Pero mientras que… en el suelo, reinan hipócritas que se jactan de valores políticos para gobernarme, yo vuelo.
Mientras que en el suelo dicen que se vive mejor, yo sigo volando.
Mientras que en el suelo intentan atarme con leyes y falsas normas que hablan de ética y moral, yo cada vez más alto vuelo.
No es que quiera disparar, no es que sea cobarde; pero ha sido la misma tierra la que me ha enviado al cielo, tal como si de ángeles desterrados se tratara.
He logrado que me corran de la tierra, aquellos que no han aprendido que el cielo lo tiene todo. Más de lo que ellos me podrían dar.
La libertad de elegir cuando y como volar. El deseo de qué quiero con mi mirada conquistar. El sueño, aquel que me enseña que ningún lugar está lejos, ni el Sol, ni la Luna, ni tú, ni aquel. El amor y la amistad, ya que yo decido con quien compartir ese momento. La magia, magia es el truco que solo el mago puede develar. Volar es más que esa magia que ni siquiera tú volando, a otro podrás explicar.
¡¡Amigo, compañero, hermano!! Mientras que el suelo pelee por ser el mismo suelo… en esta tarde te invito a Volar…
Depende solo de ti y de mi, el que tan alto queremos llegar, prometo entera paz, prometo llevarte más allá de tu imaginación, prometo tocar los propios límites de la humanidad.
Prometo que luego de este vuelo, MIENTRAS QUE… el mundo se enreda en su propio mundo, vos y solo vos verás al menos el día de hoy… que tan pequeño y que tan abajo esta eso que llamamos tierra.

sábado, 9 de mayo de 2009

Bella, bella mi Mendoza

Rumbo oeste tome con el avión, a lo lejos el lomo de una ballena franca austral que pronto se volvió majestuosa cordillera; fueron mi destino, cielos celestes, vientos calmos que a mi lejana tierra hacían añorar. El gran valle, verde con inmensurables álamos que cubren los cultivos del poderoso e imbatible zonda.
Imaginación era su nombre y amarla no era difícil, su voz en forma de canto a cualquiera podría cautivar, su baile era la zamba, una hermosa acuarela en el salón.
Fresca e inteligente como el río Tunuyán que desde las alturas encontró el camino para servir al mundo su agua y sus minerales; alimentando olivos, duraznos y cerezos; serena y enamoradiza como el río Mendoza que con tantas tonadas y cuecas a poetas inspira, apacible y paciente como la vid que año tras año crece esperando bañar de vino la boca de miles, dando trabajo a otros tantos.
Ella caminaba y yo desde lo alto la observaba, atento a que en un gran árbol no se detenga a descansar, para que no me abandonara en tal inmensidad, seguía sus pasos que marcaban mi ser, mi andar, mi respirar.
Libertad en los cielos magníficos de Cuyo, vestido de vuelo, de sueños… hasta que oía las suaves y dulces notas que de su piano en una noche de Luna dejo escapar; enamoraban mi vuelo y me aprisionaba en ellas enloqueciendo mi persecución.
El latido de mi corazón era la prueba de haberlas alcanzado y con una mirada y una sonrisa demostrábamos al mundo que uno mas uno nunca sumaron dos.
Bella!!!!, bella mi Mendoza.

Mi barrio se parece al mundo

Era un día de esos en los que el maldito mundo camina entre crisis, guerras y diversas maldades que demuestran por una vez mas, la pobreza de la mente humana; esa pobreza que nos lleva a donde estamos hoy. Un mundo en decadente déficit de mentes creadoras de respeto y admiración. Flogger´s, Emo´s, Bush y el hijo de puta del chorro de la vuelta de casa; son todos iguales, cada uno cagando a su manera y a su medida a la humanidad.
Una flaca que marcha lenta pero audaz en su tranco, la Verónica del barrio que ha quedado a la mitad con la partida de su amor, esos crímenes perfectos que comete la negrita que nunca se decidió por ser una paloma.
El viejo Andrés con su mágica guitarra, poeta como el que más, quemado en sus ideas audaces de conquistar el mundo con sus letras y su inconfundible voz.
Así es mi barrio, no son horas de jugar con fuego al ritmo del lunes, ya que tanto la parte de atrás, como la parte de adelante de mi barrio son mi quebranto; aquí naci, aquí aprendí a andar, pero este mundo ya no va más.
Tan podrido se ha vuelto el barrio y este mundo, que yo, socio de la soledad; te espere eclipsado durante días, con las mismas ansias que en plaza Francia pero una bomba tremenda me ha dejado entre Victoria y Soledad desahuciado, siendo el novio del olvido, todo me arde; hasta esas falsas promesas de que Elvis está vivo.
Esa es la bendita televisión, ese tubo fantástico que ha logrado vendernos y meternos de tal manera que dependemos más de lo qué hace el vecino, que de lo que ocurre en nuestro propio patio.
Así esta nuestro barrio, el barrio no es más que el mismo mundo en pequeño… yo me ocupo del vecino y EEUU se ocupa de lo que hace Venezuela, y así vamos!… así estamos! Los tiempos que corren están tocando lo más deplorable del ser humano.
La envidia, el querer ser como mi vecino, nos está llevando a mostrar y dar lo peor de nosotros. Por una vez no nos dejemos caer en esa tentación tan burda que es mirar por arriba del corralón.

martes, 5 de mayo de 2009

Distancias que no alejan

Lástima que yo esté aquí y tu allá perdida entre senderos que marcan distancia, que pena me da que seas mar y yo arena, que tu reines la tierra y yo solo sea un guerrero en los cielos, que pena es amarte tan lejos de ti.
Pintare un arco iris en el cielo y con sentimientos le daré colores puros para que sean la entrada al cielo, y sus puntas unirán tu corazón con el mío invitando a los demás a navegar debajo de él, a disfrutar de sus tonos, de su aroma, de toda su magia.
Verte lejos me lleva a imaginar; busco en la paz tu mirada, en las nuevas flores tu sonrisa, en las fuertes y templantes montañas tus brazos, en lentos y cálidos ríos tu boca, en libres brisas tu corazón, en algún lugar, en algún momento estarás junto a mí.
Privarme de que te vea han podido y podrán, privarme de que te quiera no lo han logrado ni lo lograran, luchare como aquel gran guerrero que fue enviado desde el cielo a liberar a la humanidad de sus propias atrocidades, luchare por ti porque tú eres el aire de mis pulmones, porque tú eres felicidad para mi corazón ahogado en tan inmensas aguas.
Con mis labios y mis manos, tallaré como el mejor de los escultores, sobre cúmulos, cirros y estratos tu nombre para no sentirme tan solo mientras me elevo al cielo en alas prestadas, para que seas parte de ese momento divino, para que dentro de tu cárcel seas tan libre como yo, volemos juntos, no le temas a la distancia, no podrá contra un corazón que sabe lo que quiere, un corazón que espera ser profanado para que descubras que solo existe para ti, que solo vive por ti, que solo escribe para ti, que solo moriría por ti.

El Bar

Elegí una noche donde la Luna menguaba en su forma, como queriendo debilitarse, como disminuyendo en tamaño y fuerza buscando el empuje para retornar radiante y bella en unos días.
Partí con mi hoja y la pluma a aquel viejo bar de esquina, sus ladrillos a la vista contaban su edad; estaba casi vacío, así que opte por la mesa del rincón para no molestar y obtener una visión completa de aquel campo, donde los jóvenes pronto saldrían a jugar.
El sitio se lleno de sonrisas y alegrías dándole vida a los viejos ladrillos y faroles, unos por aquí, otros por allá, todos dispuestos a la diversión que la noche nos da. El mundo giraba a mí alrededor tan rápido como una ruleta. Historias y anécdotas mezcladas entre sí, libradas en un juego de azar.
Hipócritas nocturnos, llamados chamuyeros dando vueltas con sus bellas palabras en la manga esperando a una joven cautivar.
Sonrisas y dulces miradas como perdidas esperando con su arma a alguien atrapar.
Borrachos perdidos en su mundo, mundo que les da poderes, algunos creen tener más fuerza, otros más palabras que regalar, y otros deseosos de besar.
Los que de gusto están, solo mirando el que hacer de los demás, y sin juicio dedicarse a criticar.
Damas bellas, otras no tanto, eso es cuestión personal. Regaladas algunas, tan distantes otras, impacientes de que su chico no llega, felices de solas estar.
Camina con tanta luz la noche como la otra mitad del día.
Nadie más que una sola dama que se acerco a preguntarme qué hacia se percato de mi presencia a la que le prometí que pronto volvería al lugar.
Mi pluma danzo al compás de la música sobre el cuaderno; en mi vaso solo quedaba una última lágrima de una botella que con un sediento compartí.
Luego del último párrafo levante la mirada y nuevamente casi solo me encontré. Cerré el cuaderno y bajo la Luna deje atrás aquel viejo bar que tan joven se ve con la visita de aquellos que habitan la noche.

jueves, 16 de abril de 2009

Laprida

Alguien supo enseñarme: “Recuerda siempre de donde vienes, es la única forma de saber a donde iras”.
Y es por eso que no olvido de donde vengo; esté cerca o tan lejos, como para siempre aclarar que soy de Laprida, aun sabiendo el que donde queda tener que explicar, ya que sus rutas parecen una casualidad olvidada entre sus viejos pozos.

…Pequeño pueblo que has nacido sobre rutas perdidas, tan pequeño que desde abajo te vuelves gigante como una nación, te llevo conmigo a donde quiera que voy, me enorgullece cuando te recuerdan como un jardín del Edén. ¡Muestro tu paraíso!, esa laguna que refresca el paisaje, con sus eucaliptus en formación de línea, tal cual una guardia imperial lo haría…
Sitio que es caminado por la gente, sitio que se vuelve hastío durante la dulce noche que nadie ve. Es ese lugar que me enseño a pescar, que tantas noches bajo la Luna me vio besar.

…Pequeño pueblo que sonríes como un joven, abrazado por la inmensa llanura, cuidado por celestes cielos de pasión. Desde lo alto puedo verte febril y amurallado por tus grandes campos; verde y esplendoroso gracias a las lluvias del verano, marrón y tristonio durante los inviernos… ¡Vuelo alto!, me elevo a tus cielos y aún a miles de metros puedo delegar la vigilancia al gigante Cristo que con prestancia y temperamento todo lo ve.
Tu corazón es esa hermosa plaza en la que mandan los plátanos, roja de ladrillos cuadriculados, alergia de caminantes que te caminan.

…Eres pequeño cuando desde lo alto te contemplo, tan pequeño que te pierdes pronto en el horizonte, y esa es tu prisión. Horizontes cortos para los jóvenes que la vida tenemos que vivir, cortos para aquellos que con alas al viento algo mas que tu belleza deseamos conquistar.
Aunque corriendo a las inmensas ciudades, tan pronto como llegamos necesitamos volver sufriendo la abstinencia de tu paz.

…Eres tan pequeño que toda historia se vuelve infierno, pero eres un infierno que nunca se puede dejar atrás.

Gauchos del Aire

Aparque el avión sobre la plataforma frente al hangar, luego de quitarme los auriculares me puse esa boina negra que un día tejió mi madre.
El gaucho esperaba apoyado sobre su vieja y destartalada F-100, con ese típico tres cuarto de culo hacia afuera como si fuera él el que va a estacionar, andaba necesitando el servicio y al verme exclamó…
¡Pero qué paisano había sido el piloto!
Justamente eso venia pensando en el traslado de mi último trabajo hacia el hangar; así como hay grandes empresarios en 4x4 recorriendo el campo, bien vestidos… glamorosos se los ve cuando se bajan de semejantes aparatos… así también está el gaucho que con la vieja F-100 recorre y cuida de su campo y sus animales.
Así también se baja de un avión cargado con pasajeros, “el gran comandante” un resplandeciente traje con esas cuatro tiras al hombro que indican su grado de responsabilidad, la valija en mano, y un par de bellas señoritas que han trabajado en el vuelo como aeromozas o mas fashion, azafatas, o como se las llama, tripulantes de cabina.
Tal cual al gaucho de la F-100 anda aquel que se baja de un avión luego de aeroaplicar. Las manos cortajeadas por culpa de la nafta, insoportable el olor a químicos que ha absorbido su ropa durante el día… lejos, lo más lejos posible. Un maquinista más…

Inolvidable es ser un maquinista de una nave con alas, inolvidable es ser un gaucho del aire; ya que eres parte de ese bello folklore que el campo aguarda…

El gaucho abajo, junto a la patrona la mano levantan para saludarte al paso, agitan pañuelos, brazos de los más altos, una toalla, un espejo, lo que les quede a mano, todo sea por saludarte admirando al vuelo y a la maquina, y aun sabiendo que un humano bruto y con coraje a esa alas esta dominando.

Ni contarte a la vuelta, cuando vuelves a pasar por el mismo lado; ya se encuentran el gaucho abajo, la patrona, los niños y el perro que agita su cola, todos colgados del alambrado.
También, existe el temor de aquellos que poco vieron un avión volar tan bajo, y te gritan como si uno los pudiera escuchar.
¡Locoooooooooooo, los animalessssssss!!!!!!! Ya que al ruido del motor y ese aparato que viene flotando en el aire, es rima segura que cualquier bicho se espante.

De lejos y al galope venia gritándome el gaucho en su lobuno. ¡Cuidadooooo con el molinooooooo!
Y la nave pasaba a unos 50 metros de altura, pero el gaucho al no saber que hacia ese avión girando sobre sus potreros creía que le iba a tirar el molino al suelo…

La prueba de que aquel que reparte equitativamente la carga de productos químicos que lleva su aeronave, sobre un cultivo X, es un gaucho del aire.
La pude comprobar cuando escuche a aquel paisano que apoyado en su vieja y destartalada F-100, con ese típico tres cuarto de culo hacia afuera como si fuera él el que va a estacionar, le dijo a su mujer.
¡Vieja! ¡Al fin vino el avión a “curarnos el campo”!

Asesino, mi vecino o el tuyo

Asesinos!!! Todos con el mismo objetivo, por alguna u otra razón, acabar con la raza humana despiadadamente, y alguno que otro en defensa de su nido (Lo Felicito!!!!)

Matar por un objeto material no me vale tal caso, es la deploración humana en vida. (Ya sea, celular, zapatilla, auto, moto, reloj) El típico boludito que se emborracha y se droga para tomar coraje y atracar al caminante, al que duerme o al pobre viejo que cobro la jubilación.
Matar por amor u odio, me parece demasiado poco, ya que creo que cuando amo beso, cuando odio, olvido.
Pero matar planificando los casos, me sigue pareciendo algo sofisticado, algo admirable, algo a lo que solo pocas personas pueden llegar. Detectives, Investigadores, científicos; todo se resume en esos típicos asesinos en serie que hemos visto en el cine.

Tengamos cuidado que anda un asesino suelto, bien puede ser mi vecino que hace años no veo y en todo este tiempo que ha pasado esté por llevar a cabo sus planes.
O bien puedo ser yo, tu vecino, tu amigo, aquel con el que hablaste hace un tiempo, ya que en este largo tiempo que no nos vemos, mi mente de sutil y dulce hombre se ha convertido en una más aun sutil mente, que podrá llevarte a una dulce muerte muy bien planificada de la que nadie sospechará…

miércoles, 8 de abril de 2009

El mago y el Piloto

-Observe como los niños mantenían atenta su mirada mientras el mago hacia sus trucos y contaba historias acerca de ellos. Intentaban seguir sus movimientos pero la complejidad del caso solo alimentaba su fantástica y única imaginación. Movían sus manos como si fueran ellos quienes movían las cartas.
Sonreían alegres y cuchicheaban en cada truco. Ninguno se distraía, todos los sentidos en las manos y la voz del experimentado mago.
Todo era un sueño, una ilusión…
Tanto mirarlos, decidí sentarme en el montón ya que deseaba ilusionarme, imaginar, soñar como lo hacían ellos gracias al mago y sus trucos. Gracias a la simple mente de los niños.
-Observe como los niños mantenían atenta su mirada mientras el piloto hablaba del vuelo y contaba historias acerca de ellos. Intentaban seguir sus movimientos pero la complejidad del caso solo alimentaba su fantástica y única imaginación. Movían sus manos como si fueran ellos quienes movían al avión.
Sonreían alegres y cuchicheaban comentando lo que el piloto les contaba de cada vuelo. Ninguno se distraía, todos los sentidos en las manos y la voz del experimentado piloto.
Todo era un sueño, una ilusión…
Tanto mirarlos, decidí sentarme en el montón ya que deseaba ilusionarme, imaginar, soñar como lo hacían ellos gracias al piloto y sus vuelos. Gracias a la simple mente de los niños.
Si imitáramos la imaginación, la ilusión, los sueños de los niños, esos niños que fuimos y que no deberíamos abandonar, le daríamos un sentido a la vida, ya que quien sueñe, tendrá ese sueño como horizonte y luchará por encontrar el sendero.
No deberíamos abandonar al niño nuestro, seriamos cuerpos sin motivo caminando por la tierra, o mas fácil, muertos vivientes.

lunes, 6 de abril de 2009

La suerte no juega al amor

Finalizaba mi primera campaña como piloto agrícola (aeroaplicador, fumigador, etc.) Sentía que además de toda la dedicación, convicción, ofrenda a la causa, había un toque…
Siempre supe que el éxito era cosa de grandes hombres, que la suerte solo acompaña a los mediocres.
Y mi primera campaña indicaba que ese toque,… ese toque de suerte había llegado a mí, todo había terminado como lo había planeado. Siete años montado en alas que me elevan al cielo, y desde hace siete años siempre soñé con ser un gran hombre primero; segundo, lograr que una madrugada luego de cuatro meses de arduo trabajo, sea mi despertar.
Ya que hoy como ayer, y como hace cuatro meses, ser un aeroaplicador es una de las pocas cosas que me quita el sueño, son las cinco de la mañana y hace tiempo que no duermo pero estoy listo porque la nave cargada me espera, el Sol aun no ha salido y yo soy el que espero listo para despegar.
¡Quiero Volar!

El caso es que mi campaña finalizaba perfecta, y justo esa noche que decidí visitar el casino, el crupier en su última jugada canto a la mesa el típico “no va mas” y un, negro el 11…
Era mi última ficha de una larga noche de juego y de pasatiempo, y justo había quedado tirada por culpa del azar encima del negro y numero 11.

La suerte… no es más que eso…
Vaciamiento total del alma, de la vida, de mi mente que sabía que ese dinero era cuestión de tiempo y espacio.

Mientras tanto mi gran amor, me decía adiós.
Cansada de soportar a este loco que aprueba exámenes psicológicos creados para que solo lo aprueben tipos con el perfil similar al mío.

Se fue…

Tenía razones para hacerlo, un cuerdo estudiante de la economía y las relaciones exteriores le aguardaba en cada llamado de su celular.
Listo para cenar donde ella quisiera, listo para mostrarle su piso en la Alta Recoleta… mientras que lo más alto que yo pude enseñarle fue la estrella más cercana y brillante sobre la tierra.

La suerte no juega al amor, el amor a veces juega mucho a la suerte.

Yo quede con mi negro el 11, una noche estrellada donde el sueño más simple puede volverse realidad; mi bolsillo lleno de fichas esa noche; mi mente feliz por haber terminado mi primera campaña como un aeroaplicador.
Mi corazón tan vacio como si nada funcionara, ya que mi gran amor no quiso quedarse a volar conmigo.

Se fue, se fue para siempre con ese muchacho que le proponía seguridad tras sus leyes económicas y sus relaciones internacionales.

Comprendí que la suerte no juega al amor… Comprendí esas viejas palabras de que en la tierra todo queda cerca… en el cielo cualquier pluma volátil se la puede llevar el viento.

Una vez más tengo que reconocer que vista de cerca toda mariposa es colorida y brillante, vista a los lejos es una simple mariposa marrón.

A Fumigar

El Sol se ha ido, pero no pasaran muchas horas para que la tierra le de una vuelta a la noche. Es esa noche la que me despierta, la luna muestra todo de si para cautivarme, el negro de la noche es demasiado profundo e inacabables los miles de brillos de estrellas, entre ellas Venus y Saturno que se pasean por el cielo con la prestancia de grandes dioses que tan lejos habitan pero jamás nos abandonan.
Elevo la mirada al cielo mientras el motor ruge como un león que recién se despierta, león soñando con su presa, yo con ese cielo que pronto alcanzaré.
El avión cargado de fuertes químicos, no soy asesino; solo me encargare de repartir equitativamente este producto sobre un cuadro de verde soja.
Me encuentro en la cabecera de la pista con el león que ruge ahora entrado en calor, listo para corretear a su presa. El Sol se muestra cautivo debajo del horizonte, tomando fuerzas para salir a iluminarnos y calentarnos.
La adrenalina empieza a jugar por mi cuerpo, alcanza todos los rincones del mismo, los pelos del cuerpo se me erizan, comienzo a respirar profundo, las pupilas se engrandecen; y si fuera yo el león, mis colmillos serían intimidantes.
Tengo un mapa en la mano, el cual me indica donde esta el lote, es como jugar a la búsqueda del tesoro, y cuanto mas me elevo mas lotes aparecen a mi vista. Motor a fondo, el león se escapa buscando la presa, comienza ese vuelo bajo y esforzado por el peso que carga la nave, las alas se visten de gloria remontando a las alturas. ¡Esa es su gloria!, Volar… y el Sol que empieza a adueñarse del cielo con sus primeros rayos sobre el infinito horizonte.
He localizado el lote, una vuelta para guardar en mi mente los obstáculos, y ahora acomodo la nave para largarla en picada sobre la primera pasada, aprovechando la inercia que se suma a medida que aumenta la velocidad, calculando gastarla en el primer viraje escarpado a unos treinta metros de altura, y así retomar para la segunda pasada… y así hasta el final.
La adrenalina ha aumentado de forma incalculable, mi cuerpo esta preparado para defenderse de cualquier adversidad natural, y el problema que mas complica son las adversidades inesperadas, esas solo se arreglan con un poco de entrenamiento, y un tanque completo de suerte.
Surcos, cables, arboles, molinos, casas; buenos amigos que hacen que mi trabajo sea perfecto cuando con ellos calculo y afino mi ojo para lograr pasadas paralelas y con la misma medida. Esos mismos ejemplares se vuelven mis peores enemigos cuando el cansancio o fallas imprevistas ocurren en ese vuelo bajo de torcaza.
El avión se va vaciando poco a poco con cada pasada, el vuelo es mas liviano, menos esforzado corre el león sobre su sabana o mi lote.
Puedo ver al Sol que caliente la parte superior de mis alas, los rastros de rocío ya son agua evaporada que ha volado alto, tan alto que se ha hecho nube…
La última pasada llega, solo me queda completar las cabeceras, pasadas perpendiculares al resto, son solo dos o cuatro o seis según el tamaño de los obstáculos que tuve que saltar.
Ahora el avión está vacio, el león ruge con normalidad, corre y corre liviano a su máxima velocidad, la adrenalina de este cuerpo aun no se va, es hora de buscar un buen lugar donde descargarla…
Pongo a mi nave rumbo al aeródromo pero busco esas grandes bandadas de pájaros a donde liberarme completamente y poder sentir en mis alas al viento, al silencio, al placer que genera volar en formación con gaviotas, chajaes, patos, gansos o garzas que libremente vuelan por el inmenso cielo.
Soy parte de ellos, y aunque se habran paso ante mi llegada, se que cuando vuelva ahí estarán.
He vuelto al hangar, diez minutos y la nave esta cargada nuevamente, el león vuelve a rugir con furia buscando capturar a su presa, yo enérgico cargado de adrenalina, soñando con el Sol, el celeste cielo, las aves que a mi lado vuelan, mí corazón y mi alma en libertad.

Ven Conmigo a… Volar

- Quizás sea tu primer vuelo, tu primera visita al reino de los cielos.
Yo, discípulo y guerrero de este lugar me encargare de elevarte, espero que lo disfrutes tal como es, que puedas mirar a través de sus rincones, que logres ser libre, que consigas despertar tus sueños, que escuches a tu corazón y tu alma que tanto sienten pero que no dejas hablar, me encargare de que quieras volver a visitarlo.
Los Dioses me ayudaran, solo levanta tu mirada ahí los encontraras.
Y tú me dijiste:
- Pero tengo cierto miedo, los humanos no nacimos para volar, y esa es la gran duda. ¿Lo lograre?
- Claro que si, el reino no nos pertenece, pero esta ahí, para que podamos conocerlo, para que aprendamos a respetarlo, a escucharlo, a vivir también en él.
- Confío en ti, acelera, llévame a volar… Quiero ver tanta magia.
- No temas, relaja tu cuerpo que ya estamos volando, disfruta de este viaje que no será para siempre, disfruta del cielo y sus paisajes, disfruta de ti cuando estas conmigo, cuando volamos solos y libres en brisas incansables... tranquilidad, que cuando tu me pidas, el vuelo terminará con un suave aterrizaje con el que volveremos a tu planeta...
Es una tarde hermosa, los Dioses la han puesto así para ti, para poder conocer al máximo este bello e interminable sitio; no hay turbulencias, no temas a las alturas, estás conmigo.
Toma mi mano, siente la paz y vístete con ella, yo me hice cargo de cuidarte y así lo haré, yo me hice cargo de elevarte y por ello en algún momento te devolveré.