sábado, 9 de mayo de 2009

Bella, bella mi Mendoza

Rumbo oeste tome con el avión, a lo lejos el lomo de una ballena franca austral que pronto se volvió majestuosa cordillera; fueron mi destino, cielos celestes, vientos calmos que a mi lejana tierra hacían añorar. El gran valle, verde con inmensurables álamos que cubren los cultivos del poderoso e imbatible zonda.
Imaginación era su nombre y amarla no era difícil, su voz en forma de canto a cualquiera podría cautivar, su baile era la zamba, una hermosa acuarela en el salón.
Fresca e inteligente como el río Tunuyán que desde las alturas encontró el camino para servir al mundo su agua y sus minerales; alimentando olivos, duraznos y cerezos; serena y enamoradiza como el río Mendoza que con tantas tonadas y cuecas a poetas inspira, apacible y paciente como la vid que año tras año crece esperando bañar de vino la boca de miles, dando trabajo a otros tantos.
Ella caminaba y yo desde lo alto la observaba, atento a que en un gran árbol no se detenga a descansar, para que no me abandonara en tal inmensidad, seguía sus pasos que marcaban mi ser, mi andar, mi respirar.
Libertad en los cielos magníficos de Cuyo, vestido de vuelo, de sueños… hasta que oía las suaves y dulces notas que de su piano en una noche de Luna dejo escapar; enamoraban mi vuelo y me aprisionaba en ellas enloqueciendo mi persecución.
El latido de mi corazón era la prueba de haberlas alcanzado y con una mirada y una sonrisa demostrábamos al mundo que uno mas uno nunca sumaron dos.
Bella!!!!, bella mi Mendoza.

Mi barrio se parece al mundo

Era un día de esos en los que el maldito mundo camina entre crisis, guerras y diversas maldades que demuestran por una vez mas, la pobreza de la mente humana; esa pobreza que nos lleva a donde estamos hoy. Un mundo en decadente déficit de mentes creadoras de respeto y admiración. Flogger´s, Emo´s, Bush y el hijo de puta del chorro de la vuelta de casa; son todos iguales, cada uno cagando a su manera y a su medida a la humanidad.
Una flaca que marcha lenta pero audaz en su tranco, la Verónica del barrio que ha quedado a la mitad con la partida de su amor, esos crímenes perfectos que comete la negrita que nunca se decidió por ser una paloma.
El viejo Andrés con su mágica guitarra, poeta como el que más, quemado en sus ideas audaces de conquistar el mundo con sus letras y su inconfundible voz.
Así es mi barrio, no son horas de jugar con fuego al ritmo del lunes, ya que tanto la parte de atrás, como la parte de adelante de mi barrio son mi quebranto; aquí naci, aquí aprendí a andar, pero este mundo ya no va más.
Tan podrido se ha vuelto el barrio y este mundo, que yo, socio de la soledad; te espere eclipsado durante días, con las mismas ansias que en plaza Francia pero una bomba tremenda me ha dejado entre Victoria y Soledad desahuciado, siendo el novio del olvido, todo me arde; hasta esas falsas promesas de que Elvis está vivo.
Esa es la bendita televisión, ese tubo fantástico que ha logrado vendernos y meternos de tal manera que dependemos más de lo qué hace el vecino, que de lo que ocurre en nuestro propio patio.
Así esta nuestro barrio, el barrio no es más que el mismo mundo en pequeño… yo me ocupo del vecino y EEUU se ocupa de lo que hace Venezuela, y así vamos!… así estamos! Los tiempos que corren están tocando lo más deplorable del ser humano.
La envidia, el querer ser como mi vecino, nos está llevando a mostrar y dar lo peor de nosotros. Por una vez no nos dejemos caer en esa tentación tan burda que es mirar por arriba del corralón.

martes, 5 de mayo de 2009

Distancias que no alejan

Lástima que yo esté aquí y tu allá perdida entre senderos que marcan distancia, que pena me da que seas mar y yo arena, que tu reines la tierra y yo solo sea un guerrero en los cielos, que pena es amarte tan lejos de ti.
Pintare un arco iris en el cielo y con sentimientos le daré colores puros para que sean la entrada al cielo, y sus puntas unirán tu corazón con el mío invitando a los demás a navegar debajo de él, a disfrutar de sus tonos, de su aroma, de toda su magia.
Verte lejos me lleva a imaginar; busco en la paz tu mirada, en las nuevas flores tu sonrisa, en las fuertes y templantes montañas tus brazos, en lentos y cálidos ríos tu boca, en libres brisas tu corazón, en algún lugar, en algún momento estarás junto a mí.
Privarme de que te vea han podido y podrán, privarme de que te quiera no lo han logrado ni lo lograran, luchare como aquel gran guerrero que fue enviado desde el cielo a liberar a la humanidad de sus propias atrocidades, luchare por ti porque tú eres el aire de mis pulmones, porque tú eres felicidad para mi corazón ahogado en tan inmensas aguas.
Con mis labios y mis manos, tallaré como el mejor de los escultores, sobre cúmulos, cirros y estratos tu nombre para no sentirme tan solo mientras me elevo al cielo en alas prestadas, para que seas parte de ese momento divino, para que dentro de tu cárcel seas tan libre como yo, volemos juntos, no le temas a la distancia, no podrá contra un corazón que sabe lo que quiere, un corazón que espera ser profanado para que descubras que solo existe para ti, que solo vive por ti, que solo escribe para ti, que solo moriría por ti.

El Bar

Elegí una noche donde la Luna menguaba en su forma, como queriendo debilitarse, como disminuyendo en tamaño y fuerza buscando el empuje para retornar radiante y bella en unos días.
Partí con mi hoja y la pluma a aquel viejo bar de esquina, sus ladrillos a la vista contaban su edad; estaba casi vacío, así que opte por la mesa del rincón para no molestar y obtener una visión completa de aquel campo, donde los jóvenes pronto saldrían a jugar.
El sitio se lleno de sonrisas y alegrías dándole vida a los viejos ladrillos y faroles, unos por aquí, otros por allá, todos dispuestos a la diversión que la noche nos da. El mundo giraba a mí alrededor tan rápido como una ruleta. Historias y anécdotas mezcladas entre sí, libradas en un juego de azar.
Hipócritas nocturnos, llamados chamuyeros dando vueltas con sus bellas palabras en la manga esperando a una joven cautivar.
Sonrisas y dulces miradas como perdidas esperando con su arma a alguien atrapar.
Borrachos perdidos en su mundo, mundo que les da poderes, algunos creen tener más fuerza, otros más palabras que regalar, y otros deseosos de besar.
Los que de gusto están, solo mirando el que hacer de los demás, y sin juicio dedicarse a criticar.
Damas bellas, otras no tanto, eso es cuestión personal. Regaladas algunas, tan distantes otras, impacientes de que su chico no llega, felices de solas estar.
Camina con tanta luz la noche como la otra mitad del día.
Nadie más que una sola dama que se acerco a preguntarme qué hacia se percato de mi presencia a la que le prometí que pronto volvería al lugar.
Mi pluma danzo al compás de la música sobre el cuaderno; en mi vaso solo quedaba una última lágrima de una botella que con un sediento compartí.
Luego del último párrafo levante la mirada y nuevamente casi solo me encontré. Cerré el cuaderno y bajo la Luna deje atrás aquel viejo bar que tan joven se ve con la visita de aquellos que habitan la noche.