-Observe como los niños mantenían atenta su mirada mientras el mago hacia sus trucos y contaba historias acerca de ellos. Intentaban seguir sus movimientos pero la complejidad del caso solo alimentaba su fantástica y única imaginación. Movían sus manos como si fueran ellos quienes movían las cartas.
Sonreían alegres y cuchicheaban en cada truco. Ninguno se distraía, todos los sentidos en las manos y la voz del experimentado mago.
Todo era un sueño, una ilusión…
Tanto mirarlos, decidí sentarme en el montón ya que deseaba ilusionarme, imaginar, soñar como lo hacían ellos gracias al mago y sus trucos. Gracias a la simple mente de los niños.
-Observe como los niños mantenían atenta su mirada mientras el piloto hablaba del vuelo y contaba historias acerca de ellos. Intentaban seguir sus movimientos pero la complejidad del caso solo alimentaba su fantástica y única imaginación. Movían sus manos como si fueran ellos quienes movían al avión.
Sonreían alegres y cuchicheaban comentando lo que el piloto les contaba de cada vuelo. Ninguno se distraía, todos los sentidos en las manos y la voz del experimentado piloto.
Todo era un sueño, una ilusión…
Tanto mirarlos, decidí sentarme en el montón ya que deseaba ilusionarme, imaginar, soñar como lo hacían ellos gracias al piloto y sus vuelos. Gracias a la simple mente de los niños.
Si imitáramos la imaginación, la ilusión, los sueños de los niños, esos niños que fuimos y que no deberíamos abandonar, le daríamos un sentido a la vida, ya que quien sueñe, tendrá ese sueño como horizonte y luchará por encontrar el sendero.
No deberíamos abandonar al niño nuestro, seriamos cuerpos sin motivo caminando por la tierra, o mas fácil, muertos vivientes.
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Así es mantener siempre despierto al niño que llevamos dentro.
ResponderEliminarNosotros somos los creadores de la vida de nuestra vida.
besitos y amor
je